Cuando una persona se enfrenta a una situación que requiere mucha energía y la persona percibe que necesita una gran cantidad de recursos se produce una respuesta que prepara al organismo para su adaptación. Pero, en ocasiones, la continua exposición a elementos estresantes o el exceso de energía requerida puede llevar a un desbordamiento que se traduce en:
Consecuencias físicas:
- Aumento tasa cardíaca
- Aumento frecuencia repsiratoria
- Hipertensión
- Fatiga
- Insomnio
- Dolores corporales
- Migrañas
- Presión en la mandíbula
- etc.
Consecuencias psicológicas y comportamentales
- Ansiedad
- Síntomas depresivos
- irritabilidad
- Impaciencia
- Frustración
- Actividad mental acelerada
- Pérdida sentido humor
- Consumo sustancias
- Cambios en los estilos de vida
- Cambios estilos de alimentación
- Problemas de memoria
- etc.